
Recientemente hemos descubierto en el actor
Daniel Craig un probable ejemplo de la ambivalencia y labilidad con la que se (nos) presenta el mundo últimamente y
de la que no hace mucho hablábamos. Esta pseudo-revelación nos sobrevino durante el visionado de la por lo demás no en exceso afortunada película
L4YER CAKƐ (estos también nos copian), en la que el actor parece poder ofrecer múltiples e incluso contradictorias facetas en un mismo personaje. Así
, heraclíteamente, parece poder encarar al mismo tiempo diversos pares de oposición: guapo-feo, jóven-
viejo, sensible-
duro, bueno-malo, héroe-villano... y de manera bastante coherente. Parece ser, además, que este papel decantó de manera decisiva al actor como futuro James Bond.
Desde luego, últimamente es precisamente
el que se mueve (y permanece
quieto a la vez) el que más
sale en la foto...
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