Cuando éramos jóvenes y malotes, escuchábamos a Accept. Ahora que somos mayores y más buenines, vamos a verlos. No es lo mismo que cuando nos los imaginábamos, pero nos había llegado a divertir alguna vez. Ayer en el Leyendas hemos de reconocer que no lo hicieron mucho. Tal vez sea que los temas nuevos no nos impresionan. Que el factor "que bueno que volviste", tras dos discos nuevos ya, ha dejado de hacer mella en nosotros. O que Udo siga sin ser Udo, y siga siendo otro. O que en este contexto, veleidades que se permiten vía micro del tipo "military troops around the world, keep the free world free" no nos hagan ya ni puta gracia. O que se dejen en el tintero, al menos en el setlist de ayer, temas importantes de los primeros discos, que son los que a nosotros más nos gustan. O igual es que antes (hasta justo después de que tocaran en la Rock Star) éramos inexpertos y fácilmente influenciables. O que ayer estábamos demasiado cansados y no teníamos suficiente humor como para cantar a lo hooligan. El caso es que no, no (nos) es lo mismo. Para nada.
Malos y perversos, pero que mucho (pero de postín, por lo extremo y normalizado, un poco al estilo Skeletor), son los Belphegor, que nos han encantado, claro.
También nos han gustado Oker, que rebosaron actitud, ilusión y urgencia. Grata revelación.
El resto, un tanto arbitrariamente, es silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario